Un nuevo estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Yale (Estados Unidos), confirma los beneficios para la salud de las restricciones calóricas moderadas en los seres humanos, e identifica una
glándula clave para prolongar la salud en los humanos, según se publica el pasado jueves en la revista
Science.
La limitación de la ingesta de calorías en moscas, gusanos y ratones puede aumentar la duración de la vida, pero no estaba porbado si en humanos también se podía aplicar esta teoría. Ahora, una investigación que se basó en los resultados del ensayo clínico Comprehensive Assessment of Long-term Effects of Reducing Intake of Energy (CALERIE) ha demostrado que sí.
- En primer lugar, para el ensayo, los investigadores establecieron la ingesta calórica de referencia entre más de 200 participantes
en el estudio.
- A continuación, pidieron a una parte de esos participantes que redujeran su consumo de calorías en un 14%, mientras que el resto siguió comiendo como de costumbre, y analizaron los efectos a largo plazo de la restricción calórica en la salud.
El ensayo clínico ha durado dos años.
“Este estudio muestra que el envejecimiento es un proceso reversible”, explica el investigador Juan Carlos Izpisúa (Hellín, 1960), uno de los autores principales del trabajo. “Hemos mostrado que determinados cambios metabólicos que llevan a una aceleración del envejecimiento se pueden reprogramar de una manera relativamente sencilla, reduciendo nuestra ingesta calórica, con la finalidad, no ya de extender nuestras vidas, sino, mucho más importante, de que nuestra vejez sea más saludable”, resalta este farmacólogo y biólogo molecular que trabaja en el Instituto Salk (EE UU).
Vishwa Deep Dixit, catedrático de Patología, Inmunobiología y Medicina Comparada Waldemar Von Zedtwitz, autor principal del estudio, y su equipo empezaron analizando el timo, una glándula que se sitúa encima del corazón y produce células T, un tipo de glóbulo blanco y una parte esencial del sistema inmunitario. El timo envejece a un ritmo más rápido que otros órganos, según señalan en el comunicado. "A medida que envejecemos, empezamos a notar la ausencia de nuevas células T porque las que nos quedan no son muy buenas para combatir nuevas enfermedades. Esa es una de las razones por las que las personas mayores tienen un mayor riesgo de enfermar", apunta Dixit.
Para el estudio, el equipo de investigación de la Universidad de Tale utilizó imágenes de resonancia magnética (IRM) para determinar si había diferencias entre las glándulas del timo de los que restringían las calorías y los que no. Es en este punto cuando descubren que las glándulas del timo de los participantes que limitaban la ingesta de calorías tenían menos grasa y un mayor volumen funcional después de dos años de restricción calórica, lo que significa que estaban produciendo más células T que al comienzo del estudio. En cambio, los participantes que no restringían sus calorías no tenían ningún cambio en el volumen funcional.
"El hecho de que este órgano pueda rejuvenecerse es, en mi opinión, asombroso, porque hay muy pocas pruebas de que eso ocurra en los seres humanos. Que esto sea posible es muy emocionante", comenta Dixit en el comunicado.
"Hay mucho debate sobre qué tipo de dieta es mejor (baja en carbohidratos o grasas, más proteínas, ayuno intermitente, etc.)", señala Dixit, que añade que este "estudio muestra que una simple reducción de calorías, sin una dieta específica, tiene un efecto notable en términos de biología y cambia el estado inmunometabólico en una dirección que protege la salud humana".